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Un legado de conservación, convicción y constancia – Julieta Muñoz
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Julieta Muñoz / Miscellaneous  / Un legado de conservación, convicción y constancia
28 Jan

Un legado de conservación, convicción y constancia

Ni bien empezó el 2025, mi feed en redes sociales se llenó de memes sobre cumplir 40 años. Los que nacimos en 1985 llegaremos al cuarto piso. “¡Qué susto! ¿Cómo es posible? ¡Ya estamos viejos!” — son algunos de los mensajes más comunes. Pero, ¿por qué ha de ser malo cumplir 40 años? Mi mente es rápida para responder: “es igual que cuando llegaste a los 30, tenías tantos planes y metas que no se cumplieron, y el tiempo sigue pasando”. ¿Qué debí haber logrado en mis treintas para poder entrar en paz a los cuarentas? ¿Podré alcanzar todas las metas pendientes hasta noviembre para arrancar bien con los 40s? No, seguramente no. En primer lugar, muchos de los objetivos que alguna vez tuve ya no son relevantes. Mis prioridades han cambiado, así como mi percepción de éxito, fracaso y felicidad. También hay un tris de resignación sobre cosas que quise y no se darán, entonces recurro a la aceptación—es lo que es y ya está.

Lo que persiste y cada vez toma más fuerza en mi cabeza es la necesidad humana de dejar un legado. Para la mayoría de gente significa dejar descendencia de manera que las costumbres, cultura, conocimiento y características de la familia perduren a lo largo de las generaciones. No es mi caso, por razones circunstanciales, y, sin querer sonar arrogante, mi interés va más allá de propagar mis genes. Desde que cerramos los negocios familiares y me quedé sin mis padres, que hasta entonces eran mis principales modelos a seguir, me he cuestionado mucho sobre cuál será mi huella en este mundo, cuál será mi aporte a la sociedad, sea a la comunidad inmediata o una más lejana. Asimismo, he procurado tener nuevos mentores que me guíen, apoyen e inspiren. Cuando me uní a la Fundación Jocotoco, ya hace 4 años, encontré un legado para adoptar y hacerlo propio. Además, mi círculo social se expandió y se diversificó con todo el personal que conforma la organización, de quienes aprendo constantemente.

Por casualidad, uno de los fundadores de Jocotoco y descubridores de la gralaria jocotoco (Grallaria ridgelyi), el ornitólogo estadounidense Robert S. Ridgely, estuvo de visita en Ecuador ahora en enero. Tuve la oportunidad de conocer a Bob hace unos años cuando vino a pasear con su familia y yo les guíe en el centro histórico de Quito. En aquel tiempo, yo conocía muy poco de su trayectoria, a pesar de que mi papá tenía dos de sus siete libros, Aves del Ecuador y Aves de Sudamérica, en nuestra biblioteca. También estuve brevemente con Bob en NYC durante el 25to aniversario de la fundación. En esta ocasión, tuve el agrado de celebrar su cumpleaños y pasar un momento ameno en nuestra oficina matriz junto a mis colegas. Conversar con Bob y escuchar su admiración y alegría por ver cómo ha crecido la fundación y cómo seguirá prosperando a partir de la semilla que él plantó hace décadas, fue muy inspirador. Todos ponemos un granito de arena para el bien común con los actos de bondad, honestidad y amor que realizamos durante nuestra vida.

Foto grupal del equipo de oficina con Bob Ridgely – enero 2025

¿Qué espero lograr en mis siguientes 40 años? Fortalecer el legado de conservación para garantizar un mundo habitable y agradable a las siguientes generaciones; mantener la convicción de que nuestro esfuerzo hace la diferencia; y perpetuar la constancia con la que trabajamos y buscamos ser mejores cada día.

Julieta