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El águila harpía, reina del bosque – Julieta Muñoz
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Julieta Muñoz / Travel stories  / El águila harpía, reina del bosque
31 Jan

El águila harpía, reina del bosque

El 31 de enero de 2020, fue uno de los días más felices de mi vida. Por primera vez, pude ver de cerca y en estado silvestre al ave que me ha robado suspiros desde hace años: el águila harpía. Gracias a una invitación especial, viajé a la provincia de Esmeraldas a las reservas Canandé y Tesoro Escondido de la Fundación de Conservación Jocotoco. En esta última, pasé dos noches en la casa de una familia que me acogió con mucha amabilidad y cariño.

Bosque del Chocó – Reserva Tesoro Escondido.

El águila harpía es el ave rapaz más poderosa de los bosques tropicales y una de las más grandes del mundo. Se alimenta de mamíferos como monos, perezosos y coatíes, otras aves como loros y también reptiles tales como iguanas verdes. Su hábitat se extiende desde Panamá hasta el norte de Argentina, incluyendo el Bosque del Chocó y la Amazonía. En Ecuador, es una especie amenazada principalmente por la reducción de su hábitat causada por la expansión agrícola. El Chocó Ecuatoriano es parte de la región del Chocó-Darién que abarca el este de Panamá hasta el noroeste del Ecuador. Es uno de los “puntos calientes” de biodiversidad en el planeta y por ende, uno de los lugares clave para la conservación. Para la Fundación Jocotoco, el águila harpía es una de las especies “paraguas” (a partir de ellas se protegen otras especies que comparten el mismo ecosistema) para la preservación del Chocó, un área que alberga a otros animales como el mono araña de cabeza café que también está en peligro.

Águila harpía en Tesoro Escondido. Foto: Michaël Moens.

La caminata para llegar hasta el hogar del águila fue bastante extenuante. Mi guía local me había advertido que tendríamos que subir una pendiente y caminar por unas 4 horas aprox. Debía estar preparada para esperar cuanto tiempo fuera necesario a que el ave asomara, o aceptar que nunca llegaría. El águila había sido monitoreada por algunos meses luego de que se hallara un nido. Sus padres aún le llevaban comida, pero ya podía volar y pronto tendría que buscar su propio alimento. Hasta cuando yo la visité, no se alejaba mucho de su “árbol casa” y posiblemente aún no cazaba sola.

Apenas 15 minutos de haber llegado al punto de observación, el águila llegó a su nido. ¡No podía creer mi suerte! Saqué mis binoculares enseguida y no podía dejar de admirarla. Me arrepentí amargamente de no haber empacado mi cámara profesional, pero hice lo mejor que pude con mi celular. Me acosté en el piso y me quedé así durante tiempo indefinido mientras trataba de tomarle fotos y vídeos, procurando no temblar de la emoción. ¡Cuántos años había soñado con ver una harpía en su entorno natural, libre y hermosa! Fui afortunada de tener un tiempo con ella en privado, sólo yo y mi guía, en total armonía, con los sonidos del bosque.

Los proyectos de conservación y restauración del hábitat de especies como el águila harpía son esenciales para salvaguardar la salud del planeta. Los bosques nos proveen de muchos servicios de los cuales dependemos: agua, comida y aire puro. Además, está científicamente comprobado que pasar tiempo en la naturaleza nos ayuda a combatir el estrés, reducir la presión arterial y oxigenar el cuerpo. Ahora más que nunca debemos reconectar con la Madre Tierra e invertir tiempo en conocerla, porque cuando conoces te enamoras y cuando amas, la cuidas.

Vídeo tomado con mi celular.
Julieta